Pensamiento del martes 3 de mayo de 2016.
"Cuántos monjes, ascetas o incluso simples creyentes se han infligido voluntariamente toda clase de tormentos… «para complacer a Dios», decían. ¡Como si a Dios le complaciera ver a la criatura humana herida y ensangrentada!… Son raras las religiones que no han recomendado este tipo de prácticas, y algunas todavía lo hacen en la actualidad. Pero ya es hora de comprender que el Señor no necesita de los sufrimientos humanos. La época de las flagelaciones, de los tormentos, del martirio se ha terminado. Maltratar y mutilar su cuerpo, exponer su vida, no es una manera de ofrecerse en sacrificio a la Divinidad, es estéril.
El verdadero sacrificio está en la manifestación del amor fraternal, desinteresado para todos los seres humanos. Aquél que ha comprendido el significado y el poder del amor no necesita imponerse sufrimientos: ¡tendrá tantos que compartir con todos los que se sienten desgraciados! Y los obstáculos que encontrará en sus esfuerzos por ayudarles, ¡serán aún otras tantas ocasiones de sufrimiento! Pero ante estos sufrimientos, no debe retroceder: son ellos los que le engrandecerán y le ennoblecerán."
"Cuántos monjes, ascetas o incluso simples creyentes se han infligido voluntariamente toda clase de tormentos… «para complacer a Dios», decían. ¡Como si a Dios le complaciera ver a la criatura humana herida y ensangrentada!… Son raras las religiones que no han recomendado este tipo de prácticas, y algunas todavía lo hacen en la actualidad. Pero ya es hora de comprender que el Señor no necesita de los sufrimientos humanos. La época de las flagelaciones, de los tormentos, del martirio se ha terminado. Maltratar y mutilar su cuerpo, exponer su vida, no es una manera de ofrecerse en sacrificio a la Divinidad, es estéril.
El verdadero sacrificio está en la manifestación del amor fraternal, desinteresado para todos los seres humanos. Aquél que ha comprendido el significado y el poder del amor no necesita imponerse sufrimientos: ¡tendrá tantos que compartir con todos los que se sienten desgraciados! Y los obstáculos que encontrará en sus esfuerzos por ayudarles, ¡serán aún otras tantas ocasiones de sufrimiento! Pero ante estos sufrimientos, no debe retroceder: son ellos los que le engrandecerán y le ennoblecerán."