Pensamiento del martes 14 de mayo de 2019.
"El cristianismo enseña el misterio de un Dios en tres personas, que denomina el misterio de la Santa Trinidad: el Padre, y el Hijo, el Espíritu Santo. Pero para aquellos que saben utilizar la ley de la analogía, no es un misterio. Una de esas analogías nos es dada por el sol.
El sol es una fuerza formidable creadora de vida que se manifiesta por la luz y el calor. Cuando se profundiza en sus manifestaciones, se descubren las relaciones que existen entre la vida, la luz y el calor del sol y las tres personas de la Trinidad. En todos los niveles de la creación, desde el plano físico al plano divino, se encuentran esos tres principios. En el plano espiritual, la vida, es decir toda la fuerza creadora, se manifiesta como sabiduría o luz, y como amor o calor. Son esos tres principios que encontramos en la Santa Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que son inseparables como son inseparables la vida, la luz y el calor del sol. El misterio de un Dios en tres personas no es pues tan difícil de dilucidar. Lo que sigue siendo misterioso, es solamente la inmensidad, el esplendor de esa Esencia primordial de la que surgen todas las existencias.""El cristianismo enseña el misterio de un Dios en tres personas, que denomina el misterio de la Santa Trinidad: el Padre, y el Hijo, el Espíritu Santo. Pero para aquellos que saben utilizar la ley de la analogía, no es un misterio. Una de esas analogías nos es dada por el sol.
Fuente:
http://www.prosveta.com
14
de mayo 2019