Pensamiento del domingo 23 de junio de 2024.
"Imaginémonos a un hombre dinámico, fogoso, incluso violento; es tan brusco y tan categórico que no puede pronunciar una frase sin escandalizar a los demás, sin vejarles o herirles. Es su temperamento impulsivo el que le empuja a producir, de esa manera, explosiones y ofensas.
Pero, un día, ese hombre acaba tomando conciencia de que esa actitud le perjudica enormemente y decide cambiar. Gracias a su voluntad logra, después de un tiempo, mostrarse más mesurado, más conciliador, y todo cambia para él. En el fondo, no ha cambiado: sigue siendo capaz de responder bruscamente o de dar golpes -y así será hasta el final de su existencia-, pero, gracias a su voluntad, consigue dominarse. Muy pocos, desgraciadamente, se han decidido a hacer este tipo de esfuerzos y, sin embargo, ¡es tan esencial para cada uno de vosotros aprender a controlarse, a dominarse, y a encontrar el gesto, la palabra, la mirada, que no produzcan daño alguno!"