Pensamiento del Sábado 1 de junio de 2024.
" Alguien se queja: “Desde que decidí cambiar mi vida y seguir una enseñanza espiritual, soy el hombre más desgraciado”. Y antes, ¿era feliz?... No, no lo creo. En apariencia, quizás sí, porque aquél que no se esfuerza, está tranquilo ¡supuestamente! Pero durante ese tiempo, las impurezas producidas por una vida desordenada se acumulan, y un día siente que ya nada funciona, se vuelve nervioso o depresivo, cae enfermo.
Mientras que el que decide introducir la pureza y la luz en su vida psíquica quizás experimente al principio ciertos sinsabores porque desencadena dentro de sí mismo toda una revolución; pero una vez pasado ese período, descubre la paz, la libertad, la felicidad. Esto es lo que hay que comprender. En el primer caso, bajo una apariencia de tranquilidad, se esconde una ruina latente. Si no vivís correctamente, podéis siempre decir: “Me siento bien, me porto bien”, pero en realidad os equivocáis, es como una casa hermosa cuyas vigas están ya carcomidas por los gusanos. De momento, quizás todavía es sólida, pero un día…"