Pensamiento del domingo 2 de junio de 2024.
"Cuando abrimos nuestra ventana por la mañana y vemos el sol, nos sentimos felices de ver su luz, de sentir su calor, y de dejarnos penetrar por la vida que se expande por el universo. Pero si pudiésemos abandonar la tierra para acercarnos al sol, quizás descubriríamos que esas regiones son algo negro, oscuro, que no nos alegran en absoluto. He ahí un misterio en el que deberemos profundizar más adelante.
En el antiguo Egipto, cuando el discípulo alcanzaba el último grado de la Iniciación, el gran sacerdote le cuchicheaba al oído: “Osiris es un Dios negro… Osiris es tinieblas, tres veces tinieblas…” Cómo Osiris, Dios de la luz y del sol, ¿podía ser negro? El discípulo estaba turbado, porque lo negro es el símbolo del mal y de lo incomprensible. Haber buscado la luz, haber recorrido todo este camino ¡para acabar descubriendo las tinieblas! La realidad es que Osiris es tan luminoso que parece oscuro, porque Osiris es luz más allá incluso de la luz."