Pensamiento del domingo 18 de febrero de 2024.
"Todavía no se ha subrayado bastante lo importante que es sentirse contento, satisfecho, y la mayoría de los hombres no ven la gravedad de esta costumbre que tienen de estar siempre descontentos de todo y de los demás. Pero lo que es más grave todavía es que, cada vez más, tiene tendencia a considerar el contento como una señal de ingenuidad, de tontería, y, por el contrario, el descontento y la crítica como un signo de inteligencia.
Un descontento prolongado, mantenido consciente o inconscientemente, daña siempre algo dentro de vosotros. El descontento solo es aceptable si estáis descontentos de vosotros mismos. Pero no: estáis descontentos del Señor (¡no ha hecho bien las cosas!), descontentos de la existencia, de toda la humanidad. Pues bien, esta actitud perniciosa os dará interiormente muchos malos consejos. Así que, estad vigilantes: al no poder impedir que ese sentimiento se manifieste tendréis, cada vez más, un rostro apagado, una mirada sombría, unos gestos bruscos, una voz dura, lo que os hará antipáticos para vuestro entorno. Porque, aunque los hombres tengan la tendencia de encontrar a los que están descontentos más inteligentes que los demás, no por eso los encuentran más agradables para vivir y, consecuentemente, se alejan de ellos."