Pensamiento del viernes 2 de septiembre de 2022.
"La situación de un Maestro es muy complicada. Su trabajo es ayudar al discípulo a liberar su espíritu: porque su espíritu es como un rey que se ha dejado destronar por súbditos rebeldes, y ahora el rey está encerrado en un calabozo y el reino está entregado a la anarquía.
Desgraciadamente, por mucho que se sienta desposeído y desanimado, el discípulo no siempre comprende la ayuda que quiere aportarle su Maestro: tiene la impresión de que con sus consejos, con su actitud, el Maestro quiere limitar su libertad. Entonces, ¿Qué debe hacer el Maestro?... Esperar pacientemente a que el discípulo comprenda la naturaleza de su trabajo. Lo que el Maestro quiere limitar en él, son las manifestaciones de su naturaleza inferior, los instintos y las pasiones que han terminado por acallar su naturaleza superior, su espíritu. Y si, en vez de comprender que el Maestro no quiere más que su bien, el discípulo piensa que lo hace todo para ponerle trabas, atormentarle y molestarle, es simplemente porque todavía no sabe dónde está su verdadero bien. Como los niños, ese discípulo ama los bombones y al que se los ofrece. Y en cambio, el Maestro le propone quinina..."