"La historia de las religiones muestra que muy raramente los humanos han sabido qué lugar debían reservar respectivamente al espíritu y al cuerpo. Para algunos, solo contaba el espíritu, y descuidaban sus cuerpos hasta tal punto que se marchitaban. Si hay que despreciar el cuerpo hasta tal punto, y solo cuenta el espíritu, ¿por qué desciende el hombre sobre la tierra? Debería quedarse allá arriba, en las regiones etéreas del espacio. Si desciende para encarnarse en la tierra, es porque con su cuerpo tiene que realizar un trabajo.
La misión del espíritu es tomar un cuerpo físico, es bajar a trabajar en la tierra e impregnarla de sus cualidades, con el fin de que se transforme en un jardín magnífico donde el Señor y sus ángeles vendrán a pasearse. Cuando Jesús dijo: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”, él también oraba para que el esplendor del espíritu descendiera sobre la materia."Fuente:
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