"Es normal apreciar a los seres por los dones que poseen. Bien sean escritores, artistas, científicos o incluso deportistas, no se deja de admirar sus talentos, y a veces incluso su genialidad. Pero ¿es esta una razón para descuidar las cualidades morales: la bondad, la honestidad, la generosidad…? La mayoría de las personas consideran que es una cuestión secundaria: solo les preocupa el talento e intentan cultivarlo porque gracias a él son tan apreciados.
¿Pero por qué todas estas capacidades, todos estos talentos y todos estos genios son incapaces de salvar al mundo? Podría incluso decirse que contribuyen a destruirlo. A menudo oímos decir: "¡Oh, que talento que tiene… es tan inteligente que se le puede perdonar todo!" Pues bien, este es un muy mal razonamiento. Aquél que ha sido particularmente favorecido por la naturaleza, debe, por el contrario, esforzarse en que sus dones y sus talentos sean coronados y laureados por sus cualidades morales. De lo contrario, en vez de convertirse, como debería, en benefactor de la humanidad, no hace más que ensuciar y destruir."
Fuente:
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