Pensamiento del jueves 4 de febrero de 2021.
"Bajo el pretexto de que aman a sus hijos, algunos padres no quieren dejarles sufrir un poco, quemarse un poco para recibir una lección. Al menor incidente, están ahí para arreglarlo todo, para que no tengan que soportar las consecuencias de sus actos. Pues bien, no, el amor no es eso. Y no es así como se comporta el Señor ni tampoco la naturaleza.
Para los padres, amar a sus hijos no debe significar privarles inmediatamente de todas las dificultades. Cuando los niños se han puesto en una situación complicada, hay que dejar que se espabilen y apenarse solo un momento. Pero cuando comienzan a darse cuenta por qué y cómo se han puesto en esa situación, y lo lamentan, entonces podemos sacarles de sus dificultades. Como habrán sufrido un poco, tomarán buenas decisiones y se volverán más prudentes y razonables. Los padres que no actúan así, no solo no ayudan a sus hijos, sino que los empujan hacia el camino de la debilidad y de la maldad."