Pensamiento del domingo 28 de febrero de 2021.
"Los humanos siempre están preocupados por el futuro: no cesan de preguntarse si tendrán para comer o para alojarse, si les faltará el dinero, etc.… Y, absorbidos de tal forma por todos esos problemas, descuidan cosas más importantes: abusan de su salud, empujan a las personas y las cosas, trasgreden las leyes del amor y de la justicia y no tienen ninguna preocupación espiritual. Es así como cada día dejan cuestiones sin resolver, faltas que deberían reparar pero que no reparan; y como todo eso se acumula, llega finalmente el momento en que están abrumados y aplastados.
Por eso Jesús dijo que no deberíamos preocuparnos ni pensar en el mañana. Porque si veláis cada día para que vuestro comportamiento sea impecable, el mañana estará completamente despejado, y estaréis disponibles para emprender lo que deseéis, estando siempre vigilantes para no dejar nada pendiente. Así, cada nuevo día os encontrará libres, bien dispuestos, listos para trabajar, estudiar y alegraros, y toda la vida adquirirá un color extraordinario de felicidad y de bendición. Así es como hay que comprender: si vigiláis que hoy quede todo resuelto, pensáis indirectamente en el mañana."