"Queréis ser instruidos por un Maestro, pero sabed que no obtendréis nada si no sois sinceros y honestos. Es la calidad de vuestros pensamientos y vuestros sentimientos la que os hará evolucionar. El Maestro no es más que un medio.
Todos los que se imaginan que si hubiesen tenido un Maestro, o incluso un Gran Maestro, habrían hecho progresos espirituales más rápidos, se equivocan: ¡quizás hubieran tenido que pasar por pruebas aún mayores! Y no penséis que cerca de Jesús un gato podía transformarse en San Juan; no, seguía siendo un gato, ¡y el cerdo, quizá se volviera dos veces cerdo! .
Evidentemente, es bueno tener un Maestro sabio y lleno de amor, pero no olvidéis nunca que lo más importante es lo que vosotros sois. Empezad, pues, por mejorar vuestros sentimientos y vuestros pensamientos, por alimentar en vosotros el más alto ideal, sabiendo que, tarde o temprano, llegaréis a atraer de entre las entidades celestiales, aquellas que os corresponden."