"Es muy importante aprender a comer en silencio, concentrándose en la comida. Pues los alimentos no son una materia muerta, nos hablan, nos comunican sus secretos. La comida es luz solar condensada, sonidos condensados. Si, pues la luz no está separada del sonido, pero para escucharla hay que estar atentos sin tener el pensamiento ocupado en otra cosa.
Para quien se ha ejercitado en escucharla, la luz habla, canta, es música, es el Verbo divino. En medio del estruendo del mundo contemporáneo, no se puede escuchar nada ¡y es tan lastimoso! Mientras que el silencio prepara las condiciones para que podamos comprender el lenguaje de los alimentos."
Fuente:
http://www.prosveta.com
19 de agosto del 2020