"Si os tomáis el trabajo de profundizar sobre la frase de Jesús: “Mi Padre trabaja y yo trabajo con Él”, veréis abrirse horizonte ilimitados. En vez de eso, dejáis a Jesús trabajar con su Padre, y os ocupáis de vuestras gallinas y vuestros cerdos. “Pero, diréis, ¡hay tal distancia entre Jesús y nosotros! Él es el Cristo, es perfecto, mientras que nosotros… es orgullo imaginarse que podemos hacer el mismo trabajo que Él.” Bien, pensad lo que queráis, pero Jesús mismo pensaba distinto; decía: “Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto”.
O más aún: “Aquél que cumpla mis mandamientos, hará las obras que yo hago, y las hará incluso mayores”. Es por eso por lo que os digo que los cristianos son perezosos. Quieren hacer creer que es por humildad por lo que no emprenden la única actividad digna de ser emprendida por los humanos: participar en el trabajo de Dios. Pues no, en absoluto, ¡eso no es humildad, sino pereza!"
Fuente:
http://www.prosveta.com
26 mayo del 2020