"Hay que saber que cada cosa, cada ser en la naturaleza tiene dos polos. Observad un árbol: a través de sus ramas y de sus hojas, se alimenta de aire y de luz, mientras que por sus raíces se nutre de agua y de tierra. El hombre, como el árbol, recibe por tanto fuerzas de arriba y fuerzas de abajo.
Cuando Adán y Eva vivían en el Paraíso, en el Jardín del Edén, era como si vivieran en las flores. Las flores están expuestas al aire, a la luz del sol, reciben la visita de las mariposas, de las abejas: es una vida celestial y radiante la que vivimos en las flores. Pero el día en que, bajo la influencia de la serpiente, Adán y Eva dejaron las flores y bajaron a través del tronco hasta las raíces del Árbol cósmico, alcanzaron regiones privadas de luz y calor; sintieron entonces el peso de la materia y todo se hizo más difícil: moverse, alimentarse, etc. Y esta es todavía la situación de la humanidad actual. Pero el trabajo del discípulo es precisamente aprender a dominar y a utilizar las fuerzas subterráneas que extraen de sus raíces para producir flores y frutos."
Fuente:
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