"La naturaleza, que es previsora, ha descubierto un medio radical contra la pereza: el estómago. Como el hombre tiene hambre, está obligado a componérselas para encontrar comida: o busca su alimento, o trabaja para comprarlo. Si no tuviera hambre, no haría nada, esto es seguro.
La necesidad y la penuria son los únicos remedios contra la pereza. Por eso hay que dejar a los perezosos en la necesidad, porque es la necesidad la que les curará. Desgraciadamente, es una verdad que muchas madres tienen dificultad en comprender; en su amor ciego, quieren ahorrar a sus hijos la necesidad, y es así como les impulsan hacia la pereza, a la debilidad. Las madres son capaces de comprender muchas cosas, salvo que el verdadero amor es hacer trabajar a sus hijos, porque es en el trabajo donde se puede encontrar todo: la salud, la felicidad, la fuerza, el sentido de la vida."
Fuente:
http://www.prosveta.com
15 mayo del 2020