"Cuando se observa a los humanos, incluso a los más cultivados y los más eruditos, se constata con frecuencia que permanecen enteramente sumidos en la prosa: son fríos, están estancados, no se siente ningún calor ni ninguna poesía en ellos, su rostro está apagado. Se ha dejado la poesía a los poetas para que la escriban. Incluso si de vez en cuando las personas leen apenas algunos versos, la vida que llevan no es poética.
Por eso, a partir de ahora, el arte nuevo será aprender a vivir día y noche en la poesía, es decir, a ser caluroso, expresivo, vivo. Y será entonces cuando se empezará a amarles. Los humanos son extraordinarios: quieren que les amemos, pero permanecen congelados, cerrados, apagados, prosaicos. Pues bien, no, no podemos ser amados cuando somos antipáticos. Para ser amado, debemos aprender a vivir esa vida poética gracias a la cual aportaremos a los demás calor y luz. "
Fuente:
http://www.prosveta.com