Pensamiento del martes 20 de diciembre de 2016.
"La pureza no consiste en encerrarse en un frasco de cristal, al abrigo de todo contacto. No, esta pureza que sólo piensa en protegerse es inútil, incluso es nociva. La verdadera pureza es el amor divino, porque el amor divino es la vida, es el agua que mana de la fuente, y al brotar rechaza todo lo que es sucio, opaco y oscuro. Una pureza sin amor no es verdaderamente pureza.
¡Cuántos religiosos han creído y creen aún que la pureza consiste en protegerse del amor! Quizás sean blancos como la nieve, pero también son tan fríos como la nieve y su pureza es estéril. No es del amor que hay que protegerse ni del contacto con los demás, sino del egoísmo, de la posesividad; en el momento en que semejantes sentimientos entran en un ser, ya no es puro. La verdadera pureza es la del agua cristalina que mana, que fluye y riega los campos y los jardines en el alma y el corazón de todos los seres."
"La pureza no consiste en encerrarse en un frasco de cristal, al abrigo de todo contacto. No, esta pureza que sólo piensa en protegerse es inútil, incluso es nociva. La verdadera pureza es el amor divino, porque el amor divino es la vida, es el agua que mana de la fuente, y al brotar rechaza todo lo que es sucio, opaco y oscuro. Una pureza sin amor no es verdaderamente pureza.
¡Cuántos religiosos han creído y creen aún que la pureza consiste en protegerse del amor! Quizás sean blancos como la nieve, pero también son tan fríos como la nieve y su pureza es estéril. No es del amor que hay que protegerse ni del contacto con los demás, sino del egoísmo, de la posesividad; en el momento en que semejantes sentimientos entran en un ser, ya no es puro. La verdadera pureza es la del agua cristalina que mana, que fluye y riega los campos y los jardines en el alma y el corazón de todos los seres."