Pensamiento del jueves 22 de diciembre de 2016.
"Para la Ciencia iniciática, la oración es un reencuentro de nuestra alma con el Espíritu cósmico y de nuestro espíritu con el Alma universal. Estos dos reencuentros son los que dan fuerza a nuestra oración. Aquél que se imagina que rezar es pedir al Señor que le dé todo lo que necesita para su bienestar material o moral, no será ciertamente atendido; pero sobre todo no encontrará nunca las verdaderas dimensiones de su ser profundo.
El sentido de la oración es provocar el encuentro de un principio espiritual en nosotros con una entidad de la misma naturaleza en el universo, que le es complementaria. El alma humana (femenina) busca al Espíritu divino (masculino), y el espíritu humano (masculino) busca el Alma universal (femenina). Nuestra alma es fertilizada por el Espíritu cósmico, y nuestro espíritu fertiliza al Alma universal. Esta unión es la que hace de nosotros criaturas en el mundo de la luz, y esto es verdaderamente, rezar."
"Para la Ciencia iniciática, la oración es un reencuentro de nuestra alma con el Espíritu cósmico y de nuestro espíritu con el Alma universal. Estos dos reencuentros son los que dan fuerza a nuestra oración. Aquél que se imagina que rezar es pedir al Señor que le dé todo lo que necesita para su bienestar material o moral, no será ciertamente atendido; pero sobre todo no encontrará nunca las verdaderas dimensiones de su ser profundo.
El sentido de la oración es provocar el encuentro de un principio espiritual en nosotros con una entidad de la misma naturaleza en el universo, que le es complementaria. El alma humana (femenina) busca al Espíritu divino (masculino), y el espíritu humano (masculino) busca el Alma universal (femenina). Nuestra alma es fertilizada por el Espíritu cósmico, y nuestro espíritu fertiliza al Alma universal. Esta unión es la que hace de nosotros criaturas en el mundo de la luz, y esto es verdaderamente, rezar."