Pensamiento del viernes 23 de diciembre de 2016.
"Se puede sentir la presencia de Dios, pero no se puede decir quién es Él. Ni siquiera los más grandes Iniciados podrán decíroslo. Y si se lo preguntáis, responderán con el silencio, porque sólo el silencio puede expresar la esencia de la Divinidad. Tratar de decir todo lo que es Dios no es suficiente, y decir lo que no es tampoco. Decir que Dios es amor, sabiduría, poder, justicia... es cierto, pero estas palabras no transmiten la realidad divina, no comprenden nada del infinito, de la eternidad ni de la perfección de Dios. No se puede pues conocer a Dios hablando o escuchando hablar de Él. El único modo de conocerle, es penetrar profundamente en nosotros mismos a fin de alcanzar esta región que es el silencio.
Hacer el silencio, es de alguna manera hacer el vacío en sí, y en este vacío se recibe la plenitud. Porque en realidad en la naturaleza, el vacío no existe: cada materia que quitamos es reemplazada poco a poco por otra materia más sutil. Cuando lográis hacer el silencio en vosotros, es decir a dominar el ruido y la agitación de los pensamientos y de los sentimientos inferiores, la luz del espíritu toma posesión de vosotros. Y esta luz, es la presencia divina."
"Se puede sentir la presencia de Dios, pero no se puede decir quién es Él. Ni siquiera los más grandes Iniciados podrán decíroslo. Y si se lo preguntáis, responderán con el silencio, porque sólo el silencio puede expresar la esencia de la Divinidad. Tratar de decir todo lo que es Dios no es suficiente, y decir lo que no es tampoco. Decir que Dios es amor, sabiduría, poder, justicia... es cierto, pero estas palabras no transmiten la realidad divina, no comprenden nada del infinito, de la eternidad ni de la perfección de Dios. No se puede pues conocer a Dios hablando o escuchando hablar de Él. El único modo de conocerle, es penetrar profundamente en nosotros mismos a fin de alcanzar esta región que es el silencio.
Hacer el silencio, es de alguna manera hacer el vacío en sí, y en este vacío se recibe la plenitud. Porque en realidad en la naturaleza, el vacío no existe: cada materia que quitamos es reemplazada poco a poco por otra materia más sutil. Cuando lográis hacer el silencio en vosotros, es decir a dominar el ruido y la agitación de los pensamientos y de los sentimientos inferiores, la luz del espíritu toma posesión de vosotros. Y esta luz, es la presencia divina."