Pensamiento del miércoles 9 de febrero de 2022.
"Érase una vez, en la antigua China, un sabio que constantemente era atormentado por las recriminaciones de su mujer: “¿Qué ganas con tus pensamientos? Apenas tenemos de qué vivir, y yo malgasto mi juventud con las preocupaciones domésticas. Quiero hermosos vestidos y joyas, quiero distraerme como las mujeres de mi edad”. Cansado de estas escenas, el sabio acabó diciéndole: “Pues bien, si encuentras a un hombre con el que creas que serás más feliz, déjame, yo no te retengo...” Y esto es lo que terminó por hacer...
Pero un día, el viejo emperador murió. No tenía heredero. Buscaron por todo el país a un hombre digno de sucederle, y finalmente acabaron por descubrir a aquél sabio a quien nombraron emperador. Cuando su mujer se enteró, fue a verle y le dijo: “Ahora comprendo cuán tonta y frívola fui no sabiendo apreciar tus cualidades. Pero, era joven, perdóname. Quiero volver a vivir contigo...” El sabio, tranquilamente, sin hacerle ningún reproche y volviéndose hacia un criado, dijo: “ Tráeme una copa del licor más puro...” Cuando tuvo la copa, la vació por los suelos y le dijo a su mujer: “Recoge este licor. Si es tan puro como antes, acepto tomarte de nuevo conmigo...” Y la mujer lloró, porque sabía que eso era imposible."