Pensamiento del Sábado 5 de febrero de 2022.
"Lo que impide evolucionar a los humanos es pensar que las dificultades y las desgracias que les suceden son el resultado de una injusticia: el destino es injusto, e incluso el Señor es injusto; se merecerían algo mejor. Y ¿cómo pueden ellos saber si merecerían algo mejor? No se conocen, no conocen ni su pasado, ni su presente... ¡y menos todavía su futuro! ¿Cómo pueden, pues, pronunciarse? Incluso, cuando en un proceso los jueces condenan a un inocente – ¡cuántas veces ha habido en la historia errores judiciales! – detrás de esa injusticia, en realidad, hay una justicia.
Esto ha llegado a suceder incluso con santos, con Iniciados, con grandes Maestros: algunos fueron encarcelados, quemados, crucificados... En apariencia, era algo injusto, pero, en realidad, no. Esas pruebas estaban justificadas, y debían aceptarlas, bien para pagar una deuda, bien para comprender ciertas verdades que de otra manera no hubiesen comprendido, o para volverse fuertes, poderosos, invencibles. Este pensamiento de la injusticia divina impide a los humanos evolucionar. Por eso deben ya comprender que sus pruebas son justas, y así es como darán un gran paso hacia adelante."