Pensamiento del domingo 5 de septiembre de 2021.
"Queréis hacer el bien a alguien, pero he aquí que por ignorancia o torpeza le lastimáis; la justicia terrena, que no discierne vuestros motivos, os condena según vuestros actos. Pero la justicia de arriba, que conoce vuestras buenas intenciones, deja quizá que las leyes humanas os castiguen, porque no es asunto suyo, pero os recompensará ampliamente por vuestras intenciones divinas e impersonales. Por el contrario, si hacéis regalos, si sois generosos, supongamos, con una muchacha, pero con la intención oculta de abusar de ella, puede que en la tierra seáis apreciados, pero arriba el Cielo os castiga, porque los tribunales celestiales no os juzgan por vuestras acciones, sino por vuestros motivos.
El ámbito de los actos y el de los motivos que inspiran los actos, no dependen de la misma jurisdicción. Por supuesto, si tanto vuestros motivos, como vuestros actos, son divinos, irreprochables, seréis recompensados en ambos lados; y si transgredís las leyes en uno u otro ámbito, los dos tribunales os condenarán."