"Cuando os encontráis ante un peligro, en vez de hacer lo que sea, permaneced un instante inmóviles… No os mováis, no habléis, apretad vuestro puño derecho respirando profundamente, uniéndoos al Cielo y lograréis así dominar vuestras células. Podréis hacer después lo necesario para salvaros, pero primero, no os mováis, porque si os dejáis llevar por un movimiento incontrolado, es como si hicierais estallar una presa: un oleaje desenfrenado estallará y no podréis enderezar la situación. Hemos visto así a personas lanzarse por una ventana o tirarse al fuego.
Ante el peligro, es preciso permanecer inmóvil un instante y unirse a la Providencia. Es entonces cuando sentiréis nacer la paz que es la primera condición para que despierten las fuerzas que os salvarán; las sentiréis porque siempre están presentes en vosotros, pero hay que darles las condiciones para manifestarse."
Fuente:
http://www.prosveta.com
22 junio del 2020