"En lugar de perder el tiempo planteándose cuestiones inútiles: “¿Es mi Maestro la reencarnación de Jesús, de San Juan, de Buda? ¿Es Melquiasedec?”, es preferible que el discípulo encuentre aquello que es más útil para su Maestro y para sí mismo: trabajar con el amor y con la luz.
Y tampoco tiene que preguntarse si su Maestro es más grande o más pequeño que tal otro. Esto no le hará evolucionar. Lo que le hará evolucionar es su trabajo y su fidelidad con respecto a su Maestro. "
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