SUCEDE EN PERÚ
Keiko Fujimori es un síntoma de una enfermedad política no curada en Perú: un entramado de jueces, empresarios, militares y medios que vende el autoritarismo como “modernidad”. A partir de su discurso en Trujillo, desmonto la promesa de “orden” y “mano dura”, señalando los riesgos para derechos humanos, protesta social y la separación de poderes.
Abordamos el rol del Tribunal Constitucional y del Congreso en la impunidad, el hartazgo juvenil tras años de crisis y represión, y la tentativa de vender “eficiencia” a cambio de libertades. El fujimorismo no solo busca volver: pretende terminar lo que empezó en los 90.