Pensamiento del jueves 4 de julio de 2024.
"En los templos de la Antigüedad, durante la celebración de los Misterios, los Iniciados asistían a unas danzas sagradas bailadas por unas jóvenes vírgenes que no debían mostrarse a los profanos, y cuya vida estaba totalmente consagrada a la pureza. Otros, discípulos expulsados de los templos debido a sus debilidades, quisieron imitarles, creando escuelas en las que iniciaban, supuestamente, a grandes misterios. Pero cuando no estamos lo suficientemente elevados para alcanzar la belleza celestial, nos contentamos con imitaciones groseras.
Y así, en nuestros días, todos esos espectadores a los que vemos apretujarse en las discotecas para contemplar a “Isis desvelada”, no son más que discípulos que, no habiendo podido pasar con éxito en el pasado los verdaderos exámenes iniciáticos, los preparan ahora en los lugares libertinos. Y todos obtienen su diploma con buena nota, porque ¡esa Isis se desvela mucho más fácilmente que la diosa en los antiguos templos! Y es una lástima, porque aquél que sabe contemplar la belleza verdadera, puede elevarse hasta el trono de Dios. "