Pensamiento del miércoles 17 de julio de 2024.
"Para el discípulo, adaptarse quiere decir abrirse, tener intuición, tacto, sentir la palabra que debe decir y el momento propicio para hablar y actuar, y finalmente tener una buena actitud. Pero debe ser capaz de hacer todo esto sin perder nada de su ideal, sin transigir en los principios espirituales: la honestidad, la rectitud, la probidad. La adaptación así entendida depende de la fuerza del carácter y de la sutileza de la inteligencia.
Dando pruebas de flexibilidad, el discípulo debe por tanto permanecer sólido e inquebrantable en sus convicciones. Aunque le corten en pedazos, un verdadero servidor de Dios permanece inquebrantable en su amor y en su fe. "