Pensamiento del jueves 14 de abril de 2022.
"El sacramento de la Eucaristía conmemora la última cena que Jesús hizo con sus discípulos y en la que tomó el pan, lo bendijo y lo dio diciendo: “Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo...” Después tomó el vino, lo bendijo y lo dio diciendo: “Tomad y bebed todos de él, porque esta es mi sangre...” Este rito sagrado es repetido a diario durante la misa por el sacerdote que consagra el pan y el vino con el fin de que se conviertan en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Para comprender el significado de estas palabras, hay que saber que el pan y el vino, productos del trigo y de la uva, son símbolos de los dos principios masculino y femenino que encontramos en la mayoría de las Iniciaciones. El pan puede convertirse en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre porque son símbolos solares. En el plano cósmico, el cuerpo y la sangre de Cristo son la luz y el calor del sol que crean la vida, y en el plano espiritual, el cuerpo y la sangre de Cristo son la sabiduría y el amor. Por lo tanto, Jesús quiso decir: “Si coméis mi cuerpo – la sabiduría – y si bebéis mi sangre – el amor – tendréis la vida eterna...”"