Pensamiento del domingo 27 de marzo de 2022.
"Podéis modificar vuestro carácter pero no vuestro temperamento. Si habéis nacido con tal o cual temperamento, esto viene de vuestras vidas anteriores: en el pasado, por vuestros pensamientos, vuestros sentimientos y vuestros actos, os unisteis a ciertas fuerzas que ahora condicionan vuestro subconsciente, es decir vuestro temperamento; y ahí no podéis cambiar gran cosa. Es como el sistema óseo o el sistema muscular, tampoco ahí podéis cambiar nada: no podéis agrandar vuestro cráneo, ni alargar vuestra nariz, ni corregir vuestra mandíbula si es débil.
Esos elementos constituyen también el temperamento, y aunque en la naturaleza todo se transforma o puede modificarse por la omnipotencia del pensamiento y de la voluntad, esos cambios son, sin embargo, tan lentos e imperceptibles que podemos considerar que son inexistentes.
Pero vuestro carácter depende de vosotros: con vuestros esfuerzos, con vuestra orientación espiritual, podéis modificarlo, mejorarlo y darle forma. Éste es precisamente vuestro trabajo en la enseñanza iniciática."