Pensamiento del lunes 2 de agosto de 2021.
"Cogéis una manzana, la cortáis en trozos y os la coméis: tenéis una cierta sensación... Si mordéis la manzana, tenéis otra sensación... Si vais a un manzano, tiráis de una rama y comenzáis a morder una manzana sin arrancarla, todavía tendréis otra sensación; sentís que esta manzana está viva, y experimentáis un bienestar, un gusto exquisito, una alegría que el árbol mismo os comunica porque está unido a la tierra y extrae de ella fuerzas que atraéis a vosotros. Por medio del fruto, el árbol os ha servido para entrar en contacto con la tierra.
Este ejemplo se puede aplicar en el ámbito del amor. Supongamos que un hombre o una mujer haya cortado el vínculo con el Cielo, es como un fruto separado del árbol: ya ha perdido parte de sus energías, de su magnetismo, así que ¿qué vais a “probar” en ese momento? Por supuesto, encontraréis algunas migas para comer, tendréis algunas sensaciones, pero no tendréis la sensación de estar unido con la inmensidad de esta fuente del amor divino. Mientras que si amáis al ser que está unido al árbol de la vida, tendréis la sensación de comulgar con el centro del universo, con el océano cósmico."