Pensamiento del viernes 1 de enero de 2021.
"Ayer por la tarde, al despediros de vuestros amigos, les dijisteis: “¡Adiós, adiós, hasta el próximo año!” Y el próximo año está aquí, ahora, algunas horas después. Ya hoy, hablando de ayer, decís: el año pasado. Todo el día de ayer, hasta el último segundo antes de medianoche, si, hasta las veintitrés horas cincuenta y nueve minutos y cincuenta y nueve segundos, era todavía el año pasado. Al sonar la media noche comenzó el año nuevo.
Si nos tomamos la molestia de reflexionar sobre este asunto, haremos descubrimientos interesantes. Un segundo, un solo segundo, separa un año del otro. Pero aquí está, hay que llegar hasta este último segundo. Es preciso recorrer todos los días de un año, uno tras otro, para llegar a ese último segundo. Pues bien, sabed que es así como tiene lugar la transformación del hombre. Si, la transformación espiritual del hombre se hace así, en un abrir y cerrar de ojos. Un segundo, una millonésima de segundo, y está enteramente renovado, regenerado. Pero antes de llegar a ese último instante, han sido necesarios siglos y siglos de esfuerzos, de trabajo.
Así como para el año pasado, diremos que el período que ha precedido a ese instante de la transfiguración, es la vida vieja, igual para el año nuevo, diremos del período que se abrirá a partir de entonces, es la vida nueva. ¿Cuánto tiempo deberemos esperar para llegar a ese último segundo? No os inquietéis, vendrá para cada uno. Así pues, tened paciencia, hay que saber esperar. Pero trabajando."