Pensamiento del lunes 9 de enero de 2023.
"En sus oraciones, en sus meditaciones, el discípulo debe empezar por tratar de ponerse en contacto con los santos, con los profetas, con los Iniciados, con los grandes Maestros, es decir, con los seres cuya misión es ocuparse de los humanos. Después, puede elevarse más e invocar a los Ángeles, porque los Ángeles pertenecen a la jerarquía celestial más próxima a los humanos, a quienes escuchan y les conceden su ayuda. Después puede intentar invocar a los Arcángeles...
Pero si quiere que le escuchen los Principiados y las cohortes angélicas superiores, es inútil. Existen innumerables mundos en el espacio infinito poblado por millones de criaturas, y estas jerarquías angélicas, que deben realizar inmensos trabajos muy lejos en el espacio, tienen muy pocas relaciones con nuestra tierra. Los que se ocupan de los humanos son, sobre todo, seres que vivieron en la tierra y que, tras haberla ya dejado, la recuerdan: han conservado lazos y hecho promesas que quieren cumplir. El discípulo debe conocer la existencia de las jerarquías superiores, pero para obtener resultados, debe dirigirse a los seres más próximos a él. "