Pensamiento del miércoles 18 de enero de 2023.
"La oración es la respiración del alma, y esta respiración actúa no solo sobre nuestros cuerpos psíquicos, sino también sobre nuestro cuerpo físico. El hombre que reza sinceramente, ardientemente, desencadena en su organismo una sucesión de procesos que llegan a cambiar el movimiento de los electrones en la sustancia misma de su cuerpo.
Todavía no se ha comprendido la naturaleza de esta facultad que posee el hombre de dirigirse a un Ser o a un mundo que le sobrepasa. Por ejemplo, rezáis pidiendo recibir la luz, el amor, la paz, o incluso, solamente la salud: la sinceridad y el fervor de vuestra petición hacen que interiormente os elevéis a otro plano. Decís que os dirigís a Dios... Sí, sin duda, pero Dios, que desde luego existe fuera de vosotros, existe también en vosotros y es, pues, a este poder superior al que os dirigís. Y puesto que está en vosotros, llegáis a él, os responde, y su respuesta es una corriente de vida intensa y pura que os traspasa, que lo ilumina y armoniza todo a su paso. Como veis, encontramos en la oración el movimiento de la respiración: os eleváis al hacer la petición, y esto es la inspiración; y recibís la respuesta; las bendiciones del Cielo descienden sobre vosotros, y esto es la expiración. "