Pensamiento del lunes 25 de Octubre de 2021.
"La vida presenta todo tipo de tentaciones y, si el discípulo aún no ha aprendido suficientemente a controlarse para resistir, sucumbe y luego, por supuesto, se arrepiente, porque siente que se ha debilitado, envilecido. Para la mayoría de la gente, es normal ser tentado y sucumbir a la tentación, es casi por eso, según ellos, que descendieron a la tierra: para precipitarse hacia todo lo que les atrae.
El discípulo tiene otra visión de las cosas: sabe que no ha venido a la tierra para buscar el placer, sino para hacer un trabajo en sí mismo. Entonces, para evitar todo tipo de decepciones, antes de emprender una empresa se dice: “Haciendo esto o aquello, satisfaré mis deseos, por supuesto, pero ¿cuáles serán las repercusiones de mi conducta para mí y mi entorno?” Y él reflexiona... Quien no se plantea estas preguntas, se sorprende después cuando surgen situaciones o problemas que no se esperaba. Pues bien, precisamente, no debe sorprenderse: lo que le sucede era previsible. Las consecuencias son siempre previsibles."