"Intentad encontrar la buena actitud a tener en relación al Señor, de pensar en Él con respeto, admiración y amor, porque en ese momento vibráis al unísono con Él, y todo lo que posee comienza a venir a vosotros: sentís que os ilumináis con su luz, que amáis con su amor, que sois libres con su libertad, que os regocijáis con su alegría. Cuando amáis profundamente a un ser, vivís en comunión las mismas sensaciones: porque vibráis en la misma longitud de onda. Es una ley de la física. Pero los humanos nunca piensan en aplicar en el campo espiritual las leyes que han descubierto en el mundo físico.
El Creador, por su parte, desde luego, no tiene necesidad de vuestro amor o de vuestra veneración, lo tiene todo, nada en la plenitud; pero sois vosotros quienes tenéis necesidad de amarle, porque gracias a ese amor, os eleváis hasta los mundos de la belleza, de la luz, de la libertad, que son los suyos."
Fuente:
http://www.prosveta.com
19 de julio del 2020