"Podemos con el pensamiento actuar sobre nuestro comportamiento, e inversamente con el comportamiento actuar sobre nuestros pensamientos. Si tenemos malos instintos que han deformado nuestra perspectiva, nuestros gestos, nuestras expresiones, o si nuestras actividades nos han obligado a adoptar ideas y sentimientos que han provocado cambios en nosotros, tenemos el mismo poder de corregir nuestros movimientos, nuestras expresiones.
Suponed que, durante quince días, no os habéis sumergido en una atmósfera mística y no habéis podido meditar, orar, recogeros; en vuestro aislamiento, os habéis dejado llevar por vuestras inclinaciones ordinarias, y eso se refleja sobre todo vuestro comportamiento. Debéis entonces dar la vuelta a la situación diciendo: “Por la voluntad, haciendo ciertos gestos, cumpliendo con ciertas acciones, voy a desencadenar el amor que fluirá de nuevo en mi, y reencontraré mi inspiración”. Actuando así, sentís poco a poco reaparecer el mismo sentimiento magnífico de antaño, la misma plenitud."
Fuente:
http://www.prosveta.com
03 julio del 2020