"Las personas son verdaderamente extrañas: cuando alguien desagradable les hace sufrir, se quejan: “¡Qué mal carácter tiene!” “¡Qué carácter terrible!” o bien dicen: “¡Es un débil, no tiene carácter!” Ahí, de repente, olvidan que ese cualquiera es un doctor de cuatro o cinco universidades, que ha escrito una treintena de libros, etc., y se detienen en su carácter.
Es preciso que ellos mismos sean picados, mordidos, maltratados o decepcionados para comprender lo importante que es esa cuestión del carácter. Hasta ahora, han apostado sobre todo por las facultades intelectuales. Pues bien, es tiempo para cada uno de vosotros de volver a dar primacía al carácter, es decir, de trabajar cada día sin cesar para despertar las fuerzas y las cualidades que el Creador ha depositado en vuestro corazón, vuestra alma y vuestro espíritu. "
Fuente:
http://www.prosveta.com
25 de julio del 2020