Los recientes bombardeos en Odessa han revelado la efectividad de Rusia en poseer misiles y llevar a cabo una exitosa campaña de ataques, disparando aproximadamente 38 misiles en una jornada de 3 a 4 días con el objetivo de aislar a Ucrania de su importante salida al mar. Estos bombardeos, solo uno de varios, han logrado evadir las defensas aéreas ucranianas, incluso en la capital, Kiev, gracias a la táctica de "saturación del espacio de batalla" empleada por Rusia en su ofensiva.