29 de junio de 2025 - 22:43

SHANGHAI - En la tercera década del siglo XXI, Asia occidental y la política internacional en general están experimentando transformaciones rápidas y profundas. La crisis de Ucrania, la escalada de tensiones en Asia occidental, la guerra de doce días entre Irán e Israel y las políticas agresivas de la administración Trump —incluido el ataque a las instalaciones nucleares de Irán y la guerra arancelaria— son parte de este panorama dinámico.
Como dos actores influyentes en el orden regional y global en evolución, Irán y China poseen la capacidad de dar forma al sistema multipolar emergente. En este contexto, una mayor coordinación y una cooperación multifacética entre Teherán y Beijing no sólo son posibles sino esenciales. La relación bilateral mejoró significativamente durante la visita del presidente Xi Jinping a Teherán en 2016, que resultó en el establecimiento de una Asociación Estratégica Integral. Este marco se institucionalizó aún más con la firma del Acuerdo Integral de Cooperación de 25 Años en 2021 por los ministros de Relaciones Exteriores de ambas naciones.
Para que una asociación estratégica de este tipo tenga éxito, ambas partes deben desarrollar una comprensión matizada de las capacidades, limitaciones y prioridades estratégicas de cada una. Cuanto más profundo sea este entendimiento mutuo, más amplio y sostenible será el alcance de la cooperación. Históricamente, las brechas en la percepción y las expectativas no coincidentes han tensado ocasionalmente la relación bilateral. Un ejemplo notable es la cuestión nuclear, donde la divergencia en expectativas y políticas provocó algunas frustraciones temporales. A medida que el mundo entra en una fase decisiva y transformadora, cualquier percepción errónea o error de cálculo estratégico podría imponer costos considerables a las relaciones bilaterales. Por lo tanto, es más urgente que nunca fortalecer la diplomacia de élite y fomentar el diálogo institucionalizado para mejorar el entendimiento mutuo y la confianza estratégica entre los dos países.
Para fomentar el entendimiento mutuo entre Irán y China, se deben considerar tres categorías principales de actores: las élites académicas, las élites políticas y la opinión pública. Entre ellos, debido a la presencia e influencia dominantes de las narrativas de los medios occidentales, contrarrestar las representaciones distorsionadas en la esfera pública presenta un desafío importante—que requiere esfuerzos políticos incrementales a largo plazo. Por otra parte, las élites políticas suelen estar influenciadas por las élites académicas, especialmente a la hora de dar forma a la visión estratégica y la formulación de políticas a largo plazo. Cabe destacar que existe una voluntad política fuerte y clara al más alto nivel de liderazgo en ambos países para profundizar la asociación estratégica. Esto sugiere que la estrategia más eficaz para cultivar un entendimiento mutuo integral radica en fortalecer el intercambio académico e intelectual entre las comunidades de élite de ambas naciones. Al invertir en esa cooperación académica a nivel de élite, se puede esperar un efecto indirecto: primero influyendo en las élites políticas y gradualmente dando forma también al discurso público.
Lamentablemente, en el mundo actual, gran parte de la percepción mutua entre Irán y China está mediada por la lente de los medios occidentales, que a menudo presentan narrativas distorsionadas y politizadas sobre ambos países. A pesar de las relaciones históricas y regionales profundamente arraigadas y en gran medida positivas entre los pueblos iraní y chino, las potencias occidentales —muchas de las cuales históricamente han aplicado políticas hostiles hacia ambas naciones— siguen obstruyendo la formación de una asociación estratégica sólida y amistosa entre Irán y China. El compromiso limitado entre las élites e instituciones académicas de Irán y China ha facilitado, hasta cierto punto, el éxito de estos esfuerzos externos para socavar la confianza bilateral. Por lo tanto, fortalecer la diplomacia académica y el diálogo entre las élites es esencial para superar estas percepciones erróneas y construir una base resiliente para la cooperación estratégica a largo plazo.
En el contexto de la cooperación entre grandes civilizaciones asiáticas, el papel de las élites académicas es a la vez fundamental e influyente. De hecho, a lo largo de las milenarias historias de civilización tanto de Irán como de China, los intelectuales y académicos han desempeñado consistentemente un papel destacado en la configuración de los procesos nacionales de toma de decisiones. Es esencial crear más oportunidades para que las élites académicas de ambos países participen en un diálogo mutuo, compartan conocimientos e intercambien ideas estratégicas. Este proceso de comprensión estratégica debe incluir no sólo a expertos experimentados sino también a la generación más joven de académicos e intelectuales, que darán forma al futuro de las relaciones bilaterales.
Para mejorar el compromiso académico, se pueden utilizar eficazmente una variedad de herramientas de diplomacia cultural. Estas interacciones deben enmarcarse como una cooperación beneficiosa para todos con potencial a largo plazo. Las vías prácticas para fortalecer el entendimiento mutuo incluyen conferencias académicas conjuntas, becas académicas a corto y largo plazo, seminarios y seminarios web en línea y otros intercambios académicos.
Al profundizar el entendimiento a nivel de élite, se puede esperar que las relaciones bilaterales se expandan progresivamente sobre la base de una evaluación realista de las capacidades y limitaciones de cada país. Esto, a su vez, permitirá a Irán y China complementar más eficazmente el papel de cada uno dentro del emergente orden mundial multipolar. Con su rica y duradera historia, las naciones iraní y china están en una posición única para contribuir a la estabilidad regional y al desarrollo global, y para ayudar a marcar el comienzo de una nueva era de paz y prosperidad para Asia occidental y más allá.
Amir Mohammad Esmaeili es autor, investigador y candidato a doctorado en relaciones internacionales en la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai
Fuente:https://www.tehrantimes.com/news/515098/Elite-diplomacy-and-the-Iran-China-strategic-partnership