Todos
tenemos nuestro Ángel de la Guarda. Sin embargo, muy pocos nos damos
cuenta de esto o incluso atrevemos a conversar con ellos diariamente. Para
la mayoría de nosotros los ángeles guardianes son historias “lindas” que les
decimos a los niños para que no tengan miedo de la oscuridad. No nos damos
cuenta que nuestros ángeles guardianes están allí junto a nosotros, dispuestos
a ayudarnos. Y están llamando continuamente a la puerta, esperando
que nosotros respondamos a su invitación.
Por eso
les quise dejar este sencillo ejercicio para que logren esa hermosa conexión,
para que recuerden que en cada instante esta sublime y amorosa presencia los
envuelve y los asiste. Bendiciones de Luz, Solange.
Oración
Ángel de Dios
Ángel
de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, defiéndeme y gobiérname. Amén.
Oración
en honor del Santo Ángel de la Guarda
1.- Ángel
de mi Guarda, a Vos que no os desdeñáis de tener tanto cuidado de mí, miserable
pecador, os suplico fortifiquéis mi espíritu con viva fe, firme esperanza y
encendida caridad, para que despreciando el mundo, sólo piense en amar y servir
a mi Dios.
Tres
Ángel de Dios y tres Glorias.
2.- Noble
príncipe de la corte celestial, que os dignáis interesaros tanto por mi pobre
alma, defendedla de las insidias y asaltos del demonio, para que no ofenda más
a mi Dios en el porvenir.
Tres
Ángel de Dios y tres Glorias.
3.-
Gloriosísimo Espíritu, que con tanta bondad cuidáis de mi alma, conseguidme la
gracia de ser siempre devoto vuestro y fiel en practicar los consejos que os
dignáis sugerir a mi mente e inspirar mi corazón.
Tres
Ángel de Dios y tres Glorias.
4.-Piadosísimo
Custodio de mi alma, que os habéis humillado hasta bajar del Cielo a la tierra,
para ejercer solícito vuestro ministerio en favor de un miserable como yo;
ayudadme a conseguir un verdadero espíritu de humildad y la completa persuasión
de que nada soy ni puedo ser por mí mismo, sin vuestro socorro y la gracia de
mi Dios.
Tres
Ángel de Dios y tres Glorias.
5.- Benignísimo
Espíritu, que con tanta solicitud trabajáis por la salvación de mi alma,
obtenedme del Señor que en los últimos instantes de mi vida, mi alma,
constantemente protegida por Vos, pueda pasar de vuestras manos a los amorosos
brazos de mi Jesús.
Tres Ángel
de Dios y tres Glorias.
Oración
Oh
amabilísimo Ángel de mi Guarda, puesto que todo lo que hacéis por mi en este
mundo no tiene otro fin que la salvación de mí alma, os suplico que cuando me
encuentre en el lecho de muerte, privado de mis sentidos, agobiado por las
angustias de mi agonía y cuando ya mi alma se separe de mi cuerpo para
comparecer ante su Creador, la defendáis de sus enemigos, hagáis que salga
victoriosa en aquel último combate y la conduzcáis Vos mismo a gozar para
siempre de la eterna gloria del Paraíso. Así sea.
https://compartiendoluzconsol.wordpress.com
13 de Diciembre 2016