Pensamiento del lunes 6 de enero de 2025.
"El ideal del discípulo es acercarse cada vez más al Verbo creador, al Verbo de Dios. Para ello, debe aprender a purificar el Verbo en él, a vivificarlo, a armonizarlo, a reforzarlo, y esto es toda una ciencia.
La primera regla que debe observar para conseguirlo es vigilar sus palabras, y como las palabras son siempre la expresión de los pensamientos y de los sentimientos, debe empezar por ser consciente de los pensamientos y de los sentimientos que alimenta en sí mismo, diciéndose: “No debo dejarme llevar, debo estar vigilante, debo controlarme para que mi verbo sea eficaz, constructivo, divino”. Y de este modo, un día podrá dirigirse incluso a los espíritus de la naturaleza. Cuando éstos vean que cultiva paciente y sinceramente el arte de vigilar sus palabras, que considera la palabra como una energía divina, empezarán a prestar atención a sus plegarías, se inclinarán ante él, le escucharán y le atenderán."