Las fuerzas rusas frustraron un intento de incursión fronteriza, perpetrado por parte de un grupo de sabotaje y reconocimiento extranjero el 27 de octubre en la provincia rusa de Briansk, fronteriza con Ucrania. Junto a sus cadáveres se encontraron armas, material, equipos de comunicaciones y objetos personales extranjeros, que indicaban que los saboteadores no eran ucranianos, sino que “pertenecían a terceros países”, informó el Servicio Federal de Seguridad de Rusia.