Pensamiento del miércoles 23 de Octubre de 2024.
"Los cristianos recitan: “En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” sin extrañarse de que, en esta Trinidad, no se menciona ningún principio femenino. Sin embargo, no podemos dejar de plantearnos la cuestión. Cuando oímos decir: Padre, Hijo… que son términos que evocan a la familia, ¿cómo no sorprendernos de que el tercer miembro de esa familia sea el Espíritu Santo? Y, ¿qué clase de familia es ésta en la que falta la madre? Los cabalistas, en cambio, dicen la verdad cuando enseñan que Dios tiene una esposa, la Shekinah.
Los cristianos deben aceptar la existencia de este principio cósmico, que es la parte femenina del principio creador. El ser que llamamos Dios, y que el cristianismo representa como un poder masculino es, en realidad, masculino y femenino. Para que haya creación, manifestación, debe haber polarización, es decir presencia de un principio masculino y de un principio femenino. Para manifestarse, Dios debe ser, a la vez, masculino y femenino: esto es lo que se enseñaba, también, en las Iniciaciones órficas: Dios es macho y hembra. "