Pensamiento del domingo 11 de agosto de 2024.
"Es esencial conocer la medida en todas las cosas. Sí, y hasta la medida de la bondad porque, si también ahí nos falta el sentido de la medida, sufriremos necesariamente los inconvenientes. Carecer de medida no es ni malo ni criminal, pero es una falta y toda falta acarrea una sanción.
Os daré un ejemplo. Recibo a una mujer joven que me dice: “¡Oh Maestro, soy tan desgraciada! Lloro noche y día –Pero ¿por qué? ¿Qué le ha sucedido? – Pues bien, amaba tanto a mi marido, que se lo preparaba todo, me anticipaba a todos sus deseos, le rodeaba de tanto afecto, de tanto calor, y ahora me ha abandonado, se ha ido con una de mis amigas. ¡Ah! ¿Y cómo es esa amiga? – Oh, es egoísta, fría. – Pues bien, ahí está precisamente la desgracia. Usted era demasiado cálida, y ha ido a refrescarse”. Evidentemente, diréis: “Entonces, ¿no sirve de nada la bondad?” Desgraciadamente, la bondad estúpida puede arrastrar a alguien a las peores situaciones. Incluso las personas más maravillosas, si no conocen el sentido de la medida, reciben un escarmiento. No es un castigo, no, pero con su ignorancia, desencadenan una ley y reciben algunos golpes. "