“Si tocan uno solo de nuestros aviones, será guerra.” La paciencia de Pekín se ha agotado. Gaza sangra, y China, por primera vez, eleva el tono hasta el filo. La amenaza no es velada, es directa. Netanyahu ha cruzado demasiadas líneas. Esta vez, una potencia mundial se planta. El cielo sobre Palestina ya no les pertenece.