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Omraam Mikhaël Aïvanhov

Pensamiento del viernes 13 de septiembre de 2024.

"En una escuela, los jóvenes peces escuchaban a su maestro que les explicaba las trampas de la vida, y particularmente el peligro que representan los anzuelos. Todos los alumnos tomaban notas y dibujaban anzuelos para ser capaces de reconocerlos. Pero al fondo de la clase había un pececillo que se aburría: se deslizó fuera de la escuela, y se fue a pasear. Durante su paseo, apareció un pequeño gusano que se movía en el agua, y como empezaba a tener hambre, se precipitó para atraparle. Sintió, entonces, que algo penetraba violentamente en su garganta. Se debatió tanto que consiguió escapar, pero ¡en qué estado! Volvió a la escuela todo avergonzado, se acercó al maestro y le dijo: “Ahora comprendo que tu conoces la vida mejor que yo, querías prevenirme contra algunos de sus peligros, pero yo no quería escucharte, y quedé atrapado por un anzuelo”.
Sí, es un cuento para niños: pero cuántos adultos no son más razonables que ese pececillo: desean vivir libres, y creen poder saltarse las lecciones de los sabios. Con una mentalidad así, se exponen a ser atrapados por anzuelos, pero, ¿tendrán acaso, como el pececillo, la suerte de poderse escapar?"