Pensamiento del viernes 29 de marzo de 2019.
"Ponéis un grano en la tierra… Para que se desarrolle, debe primero dividirse; se convierte pues en 2. Después aparece el 3, la semilla que estaba contenida y que extrae de las dos mitades del grano los elementos de los que se nutre. Pronto no queda más que la cáscara, que también termina desapareciendo. Asistimos por tanto a la muerte del grano y esta muerte es necesaria para que nazca una nueva vida. Al morir, el grano libera las fuerzas de la vida que contiene.
En el ser humano, es el yo inferior el que debe morir con el fin de nutrir el principio divino, que podrá entonces crecer, florecer y dar frutos. La naturaleza no cesa de hablarnos de la vida, es decir de muerte y de resurrección. Porque lo que llamamos vida no es en realidad más que una serie ininterrumpida de muertes y de resurrecciones. La muerte es siempre la promesa de una vida nueva, y esta misma vida será seguida de una muerte para que todavía nazca una nueva vida. Esto es verdaderamente la resurrección. ""Ponéis un grano en la tierra… Para que se desarrolle, debe primero dividirse; se convierte pues en 2. Después aparece el 3, la semilla que estaba contenida y que extrae de las dos mitades del grano los elementos de los que se nutre. Pronto no queda más que la cáscara, que también termina desapareciendo. Asistimos por tanto a la muerte del grano y esta muerte es necesaria para que nazca una nueva vida. Al morir, el grano libera las fuerzas de la vida que contiene.
Fuente:
http://www.prosveta.com
29 de Marzo
2019