Pensamiento del jueves 2 de noviembre de 2017.
"Si la Iglesia ha instituido lo que llamamos «los últimos sacramentos» o «la extremaunción», es por la importancia capital que tiene el momento en que el ser humano abandona la tierra para ir al otro mundo. Se trata por tanto de preparar el alma para el gran viaje que va a emprender. El sacerdote trata de reconducir al moribundo hacia las cuestiones esenciales: le explica que ha llegado el momento de dar un giro en su vida, de tomar conciencia de sus errores, de arrepentirse, y de reencontrar en el fondo de sí mismo el vínculo que le une al Creador. Algunos pensarán que es un poco tarde.
Si, indudablemente es un poco tarde, pero no demasiado tarde. Porque aquellos que dejan su cuerpo físico sin tener la mínima noción de una vida después de la muerte, de la Justicia divina, sufren mucho después: vagan por las regiones oscuras del más allá sin comprender nada de lo que les ocurre.
Es muy grave mantener a los humanos en la convicción errónea de que no hay nada después de la muerte. Bajo el pretexto de liberarles de creencias absurdas, les están preparando para el otro mundo pruebas aún más terribles que las que han tenido que afrontar en la tierra."
"Si la Iglesia ha instituido lo que llamamos «los últimos sacramentos» o «la extremaunción», es por la importancia capital que tiene el momento en que el ser humano abandona la tierra para ir al otro mundo. Se trata por tanto de preparar el alma para el gran viaje que va a emprender. El sacerdote trata de reconducir al moribundo hacia las cuestiones esenciales: le explica que ha llegado el momento de dar un giro en su vida, de tomar conciencia de sus errores, de arrepentirse, y de reencontrar en el fondo de sí mismo el vínculo que le une al Creador. Algunos pensarán que es un poco tarde.
Si, indudablemente es un poco tarde, pero no demasiado tarde. Porque aquellos que dejan su cuerpo físico sin tener la mínima noción de una vida después de la muerte, de la Justicia divina, sufren mucho después: vagan por las regiones oscuras del más allá sin comprender nada de lo que les ocurre.
Es muy grave mantener a los humanos en la convicción errónea de que no hay nada después de la muerte. Bajo el pretexto de liberarles de creencias absurdas, les están preparando para el otro mundo pruebas aún más terribles que las que han tenido que afrontar en la tierra."
Fuente:
http://www.prosveta.com