Pensamiento del Sábado 24 de junio de 2017.
"Ante las verdades de la Ciencia espiritual, ciertas personas se contentan con adoptar una actitud de desconfianza y llena de prejuicios diciendo: «Yo, dudo… soy escéptico», como si este escepticismo fuese el fruto de decenas de años de reflexión profunda. En realidad, esas personas muestran cuán limitados son mentalmente: no han estudiado, no quieren hacer el esfuerzo de estudiar, y entonces encuentran cómodo mantenerse en la duda. Eso les evita reflexionar de verdad y les genera la ilusión de ser grandes pensadores.
Aquél que dice ser escéptico, sólo revela que nunca ha estudiado nada en profundidad. Si no ha adquirido ninguna certeza, es porque no ha ido lo bastante lejos en sus investigaciones. Y esto significa también que es orgulloso y pretencioso, porque no concede ningún valor a todo el saber que otros, mucho antes que él, han hecho con grandes esfuerzos para adquirirlo y trasmitírnoslo."
"Ante las verdades de la Ciencia espiritual, ciertas personas se contentan con adoptar una actitud de desconfianza y llena de prejuicios diciendo: «Yo, dudo… soy escéptico», como si este escepticismo fuese el fruto de decenas de años de reflexión profunda. En realidad, esas personas muestran cuán limitados son mentalmente: no han estudiado, no quieren hacer el esfuerzo de estudiar, y entonces encuentran cómodo mantenerse en la duda. Eso les evita reflexionar de verdad y les genera la ilusión de ser grandes pensadores.
Aquél que dice ser escéptico, sólo revela que nunca ha estudiado nada en profundidad. Si no ha adquirido ninguna certeza, es porque no ha ido lo bastante lejos en sus investigaciones. Y esto significa también que es orgulloso y pretencioso, porque no concede ningún valor a todo el saber que otros, mucho antes que él, han hecho con grandes esfuerzos para adquirirlo y trasmitírnoslo."